Cómo tratar los síntomas de leishmaniosis en perros

Si quieres saber cómo tratar los síntomas de leishmaniosis a tu perro, debes conocer los tipos de lesiones que te puedes encontrar en la piel y que, una vez curadas, pueden volver a aparecer si llegan a producirse recaídas. El tratamiento de esta enfermedad puede ser largo, pudiendo durar meses y hay que tener en cuenta que casi nunca se consigue que desaparezca el parásito por completo.

Cómo tratar las heridas de leishmaniosis en perros

Al hablar de cómo tratar las heridas de las leishmaniosis en perros nos estamos refiriendo a las lesiones cutáneas. La leishmaniosis puede afectar a los órganos internos y a la dermis, y es en ella donde encontramos las lesiones más visibles. De hecho, se calcula que el 81-89 % de los perros con esta infección presentan síntomas dermatológicos, aunque existe una gran diversidad de ellos.

Saber diferenciar las señales de la leishmaniosis de las de otras enfermedades es esencial para su tratamiento, porque pueden necesitar una medicación específica. Para realizar esta diferenciación puede resultar útil la clasificación clínica desarrollada por el grupo Leishvet.

Cómo tratar las lesiones de la leishmaniosis en perros: heridas cutáneas.

El cómo tratar las heridas en la piel producidas por la leishmaniosis en los perros, depende del tipo de lesión que sean. Las lesiones cutáneas se clasifican en heridas características de la enfermedad o heridas que se parecen a las producidas por otras dolencias.

Lesiones más comunes de la leishmaniosis

• La dermatitis exfoliativa es la manifestación más común de la enfermedad. Se localiza inicialmente en la cara y los pabellones auriculares. Se presenta como una descamación (caspa), especialmente alrededor de la zona de los ojos y el pelo pierde brillo. No produce picor, pero puede estar ulcerada.
• La dermatitis ulcerativa se produce sobre todo en las prominencias óseas, especialmente en las regiones del carpo y del tarso.
• La onicogrifosis o crecimiento excesivo de las uñas es un síntoma muy característico de la enfermedad y afecta a 24-90 % de los perros.
• La dermatitis papular persistente. Se cree que las lesiones corresponden al lugar donde se produjo el contagio y se observan como pápulas elevadas en zonas con poco pelo como la oreja, párpados o nariz. En el centro se puede llegar a desarrollar una costra y el tejido se endurece.

Otras lesiones menos comunes de la leishmaniosis

• La dermatitis ulcerativa puede presentarse como una ulceración en la nariz o en su dorso. También se observan lesiones y heridas en las uniones mucocutáneas.
• La dermatitis nodular mucocutánea es muy poco frecuente, aunque hay razas con mayor predisposición como el bóxer. Se presenta como nódulos cubiertos de pelo de diferente tamaño en la cabeza, tórax y extremidades.

• La dermatitis pustular, aunque no es un síntoma habitual, se caracteriza por la presencia de un prurito intenso y puede no responder a los antibióticos. 

• La alopecia multifocal aparece a partir de una vasculitis y se cree que el depósito secundario de complejo inmune es la causa. No es un síntoma habitual.
• La hiperqueratosis nasodigital es también una manifestación atípica de la enfermedad y se caracteriza por escamas secas de color gris que se encuentran pegadas a la piel. Pueden ir acompañadas de dolor si se producen fisuras.

Cómo curar las heridas de las leishmaniosis en perros: tratamiento

Saber cómo tratar las heridas de la leishmaniosis en perros empieza por saber diferenciar si los síntomas provienen de esta enfermedad o corresponden a otro tipo de dolencia. Si el diagnóstico de leishmaniosis está confirmado, será necesario un tratamiento específico. Los principios activos utilizados son: el alopurinol junto con el antimoniato de meglumina, o bien el alopurinol con la miltefosina. En caso de que las lesiones cutáneas estén infectadas, necesitarán medicación con antibiótico y, en algunos casos, hasta se puede tener que recurrir a la cirugía para ayudar a cerrarlas.

El tratamiento de la leishmaniosis ayuda a la reducción de los síntomas y a ralentizar el progreso de la enfermedad, recuperando la respuesta del sistema inmunológico del animal.

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