¿Cuáles son los síntomas típicos de la leishmaniosis canina?

Los síntomas típicos de la leishmaniosis canina son bastante extensos y no los padecen todos los perros por igual. Esta enfermedad está producida por la presencia del parásito Leishmania, y puede afectar tanto a la piel como a los diferentes órganos del cuerpo. Su contagio ocurre mediante la picadura de un flebotomo, un insecto parecido a un mosquito, y la mejor manera de evitarla es la prevención.

Síntomas típicos de la leishmaniosis canina

La leishmaniosis canina presenta un amplio espectro de síntomas típicos, los cuales son fáciles de confundir con otras enfermedades. Además, la enfermedad afecta de manera diferente a cada perro, lo que en ocasiones hace todavía más complicada su detección. En caso de contagio, un diagnóstico temprano de la leishmaniosis así como también un tratamiento a tiempo, serán esenciales para un mejor manejo de la enfermedad. Aunque no existe cura, el tratamiento es la manera de ralentizar su progresión antes de que tenga consecuencias fatales.

Síntomas típicos de la leishmaniosis canina en los diferentes estadios

Los diferentes síntomas típicos de la leishmaniosis canina sirven como base para valorar la gravedad de la enfermedad. Los signos se valoran mediante anamnesis y pruebas analíticas que determinan el estado en que se encuentran los órganos internos.

Los estadios de la leishmaniosis canina son cuatro:

Estadio I: enfermedad leve.

En este estadio hay algunos perros que presentan una leishmaniosis asintomática o leve, no mostrando alteraciones en sus analíticas que puedan alertarnos de la enfermedad. Los síntomas más comunes son el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos o la dermatitis papular, la cual son erupciones cutáneas caracterizadas por la presencia de bultos (pápulas).

Estadio II: enfermedad moderada.

Además de los síntomas del estadio I, aparecen otro tipo de lesiones dermatológicas como úlceras o la dermatitis exfoliativa, y otros signos como la pérdida de peso y de energía, la anorexia o el sangrado nasal. También aparecen alteraciones en las analíticas, tales como: anemia, aumento de las gamma-globulinas, un nivel bajo-moderado de anticuerpos e incluso un inicio de daño renal.

Estadio III: enfermedad grave.

A los signos anteriormente descritos se unen la inflamación de los vasos sanguíneos, de las articulaciones (produciéndose cojeras) y de algunos órganos (como los riñones o los ojos), todo ello debido a la presencia de inmunocomplejos que se forman por las uniones antígeno-anticuerpo. La función renal ya se ve afectada, y por ello se puede observar que la parte de los riñones que ayuda a filtrar los desechos y otras sustancias de la sangre se encuentra dañada. El nivel de anticuerpos que se detectan en este estadio es de medio a alto.

Estadio IV: enfermedad muy grave.

En este estadio se juntarán los síntomas de las fases anteriores con otros más graves como el tromboembolismo pulmonar (obstrucción del flujo sanguíneo arterial pulmonar a causa de un coágulo), y el síndrome nefrótico, el cual provoca entre otras cosas que el riñón excrete demasiada proteína por la orina, haciendo que la enfermedad renal se encuentre en fase terminal. Los niveles de anticuerpos en esta fase son de medios a altos.

Tratamiento para los síntomas típicos de la leishmaniosis canina

Los síntomas típicos de la leishmaniosis canina se tratan en función de cada caso en particular. Si bien LeishVet ha mostrado una serie de recomendaciones para el tratamiento de la leishmaniosis en perros según cada estadio, será su veterinario el que prescriba los fármacos necesarios, así como también algún otro tratamiento para cualquier signo específico.

¿Cómo podemos proteger a nuestra mascota de los síntomas típicos si se ha contagiado?

Para proteger a nuestra mascota de los síntomas típicos de la leishmaniosis lo mejor que podemos hacer es prevenir. La mayoría de las medidas de prevención se basan en evitar la picadura del flebotomo responsable de transmitir el parásito, mediante el uso de collares y/o pipetas spot-on específicos, y de tomar medidas ambientales como el uso de mosquiteras especiales, etc. No obstante, a pesar de la efectividad mostrada, todas estas medidas no nos aseguran totalmente que el contagio no se vaya a producir. Por ello, las vacunas contra la leishmaniosis han ganado importancia como medida de prevención y presentan una gran eficacia, ya que estimulan el sistema inmunitario del animal para que en caso de contagio sea capaz de plantar cara al parásito.

 

Bibliografía:

  1. Solano-Gallego L, Miró G, Koutinas A, Cardoso L, Pennisi MG, Ferrer L, et al. LeishVet guidelines for the practical management of canine leishmaniosis. Parasit Vectors. 2011 Dec 20;4(1):86.
  2. Stopleishmania.org. Leishmaniosis. Disponible en: http://www.stopleishmania.org/es/leishmaniosis.php (Consultado en 09.24).
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  4. Institute for International Cooperation in Animal Biologics. Leishmaniasis (cutánea y visceral). Disponible en: https://www.cfsph.iastate.edu/Factsheets/es/leishmaniasis.pdf (Consultado en 09.24).
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