¿Cómo saber si el protozoo Leishmania ha sido inoculado por una picadura de flebotomo?

Una picadura del flebotomo es la vía habitual de contagio del protozoo Leishmania infantum, parásito responsable de la leishmaniosis. Esta enfermedad crónica infecciosa no sólo afecta a los perros, también puede atacar a otras especias de animales, incluidos los humanos. De hecho, en España, en el año 2022, se notificaron una incidencia en perros del 30% y más de 300 casos en personas.

¿Quién produce la picadura que transmite la Leishmania infantum?

La picadura por la que se produce el contagio del protozoo Leishmania es producida por un insecto de la familia de los flebotomos. En la última lista actualizada de flebotomos en España se confirmó la presencia de 13 nuevas especies, siendo varias de ellas vectores de la Leishmania infantum.

¿Cómo son los flebotomos responsables de la picadura?

Los flebótomos son difíciles de detectar, debido a su pequeño tamaño (unos 3 mm) y que no emiten ningún zumbido cuando vuelan. Se caracterizan por tener una forma encorvada, largas patas y su cuerpo lleno de pelo, incluidas las alas. Se sienten atraídos por la luz, no vuelan largas distancias y lo hacen generalmente a ras de suelo.

¿Cuándo actúan los flebotomos responsables de picadura transmisora de leishmaniosis?

Su periodo de actividad lo tienen al amanecer y al atardecer y cuando las temperaturas sobrepasan los 15 ºC, lo que conlleva una mayor prevalencia en los meses de verano.

¿Cómo es la picadura del flebotomo responsable de la transmisión del protozoo Leishmania?

Las picaduras de contagio del parásito Leishmania se observan como unas lesiones cutáneas con forma de grano que pueden transformarse en una pequeña úlcera. Suelen aparecer generalmente en regiones sin pelo, como son la zona interna de la oreja, alrededor de los ojos, las ingles o el abdomen.

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Síntomas de la picadura del flebótomo

La picadura es parecida a la de cualquier mosquito, lo que hace difícil su distinción. Los síntomas se producen por la liberación de histamina y activación del sistema inmunitario frente a la picadura y los más frecuentes son:

  • Erupción cutánea (pequeños grupos de protuberancias).
  • Irritación.
  • Enrojecimiento.
  • Picor.
  • Rascado incesante.

En algunos casos aislados, se dan consecuencias más graves como ocurre en animales con alergias, que pueden llegar a sufrir shocks anafilácticos.

Si encontramos una picadura de este tipo, no quiere decir que nuestro perro haya sido contagiado de leishmaniosis, porque puede no ser producida por un flebotomo. Si aun así la culpable fuera la hembra de flebotomo, no tiene por qué ser portadora del parásito.

¿En qué zonas hay una mayor probabilidad de picadura que transmite el protozoo Leishmania?

Las picaduras de los flebotomos que pueden inocular el protozoo Leishmania ocurren cerca de los lugares donde habitan estos. Suelen ser zonas húmedas, al cobijo de la luz solar, y que soportan bien el calor durante el día, como por ejemplo, casas en ruinas, cuevas o grietas en los edificios. A pesar de que se puede pensar que los flebotomos habitan en las zonas rurales, se ha demostrado una alta presencia de estos en las zonas urbanas, por lo que hay que extremar las precauciones también en las ciudades.

En España se ha encontrado la existencia de flebotomos en casi toda la zona peninsular con mayor seroprevalencia en Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Extremadura y Orense, entre otras regiones, y con una menor presencia en la región del norte cantábrico. Canarias se considera un territorio libre de leishmaniosis, mientras que las islas Baleares tienen la más alta seroprevalencia. A pesar de todo, debido al cambio climático, el flebotomo ha cambiado su hábitat y ahora es posible encontrar casos de leishmaniosis en lugares que antes estaban libres de la enfermedad.

¿Cómo evitar la picadura del flebotomo que transmite la Leishmania?

Evitar la picadura es una manera efectiva de impedir el contagio del parásito Leishmania. Medidas como el poner mosquiteras en puertas y ventanas, y el uso de collares, pipetas y otros repelentes pueden ser de gran utilidad para que el flebotomo no se aproxime al animal, o si lo hace no le pique. Además, evitar los paseos por zonas húmedas y en las horas de mayor actividad del insecto, al amanecer y el atardecer. Con todas estas medidas, las posibilidades de una picadura son menores, aunque no imposibles. Por ello, es importante tomar otras medidas como el uso de vacunas contra la leishmaniosis, para que en caso de que se produzca el contagio, el sistema inmunitario del perro pueda hacerle frente y no desarrolle la enfermedad.

 

 Bibliografía:

  1. Mirá G, Checa R, Montoya A, Hernández L, Dado D, Gálvez R. Current situation of Leishmania infantum infection in shelter dogs in northern Spain. Parasit Vectors. 2012;5(1).
  2. Bravo-Barriga D, Ruiz-Arrondo I, Peña RE, Lucientes J, Delacour-Estrella S. Phlebotomine sand flies (Diptera, Psychodidae) from Spain: an updated checklist and extended distributions. Zookeys. 2022;1106.
  3. Comunidad de Madrid. Leishmaniasis. Disponible en: https://www.comunidad.madrid/servicios/salud/leishmaniasis#panel-41272 (Consultado en 04.24).
  4. Gálvez R, Montoya A, Cruz I, Fernández C, Martín O, Checa R, et al. Latest trends in Leishmania infantum infection in dogs in Spain, Part I: mapped seroprevalence and sand fly distributions. Parasit Vectors. 2020 Dec 21;13(1):204.

 

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