Juntos contra la leishmaniosis

A Yako le detectaron leishmania a principios del 2023, no éramos conscientes de su enfermedad hasta que vimos una pérdida significativa en su peso, baja energía, y poco apetito. Yako iba a sus revisiones periódicas y contaba con pipeta y vacuna para la leishmania, aún así fue contagiado. Nuestro veterinario nos indicó un tratamiento y pudimos disfrutar de él unos meses, pero el pasado agosto falleció debido a que sus órganos empezaron a fallar y se encontraba en un peso crítico. Quisiéramos crear conciencia sobretodo a perros que viven en el campo, que es necesario tomar medidas adicionales rigurosas además de cumplir con las pautas de los veterinarios y cumplir con los chequeos periódicos.

Con nuestra perra Gala de raza bóxer, todo iba bien, tenía un excelente carácter, cariñosa y sobre todo juguetona. Al vivir en el jardín no fui consciente en seguida que algo le pasaba, en las consultas anuales con sus consabidas vacunas todo parecía ir bien. No sé por qué empecé a prestarle más atención, a observarla, intuía que algo le pasaba, el nivel de alegría y entusiasmo había disminuido considerablemente, observé que bebía mucha agua, algo exagerado y comía menos, también que se lamía las patas delanteras con mucha frecuencia. Le conté al veterinario todos esos síntomas y el análisis pertinente nos desveló la leishmania. Tuvimos suerte porque sus órganos no estaban muy afectados, se le dio el tratamiento y una mañana cualquiera se le veía alegre pero contra todo pronóstico cayó fulminada y nunca sabremos lo que realmente le pasó, posiblemente su corazón no soportó el tratamiento o estaba muy afectado. Ella siempre había llevado el collar que en teoría sirve también, pero está claro que todas las medidas son pocas.